Desde hace siglos, tanto las Leyendas del Puente de Carlos de Praga como de las del resto de la ciudad han servido para contarnos la historia de Praga, desde el lado de los misterios y de la épica.
Muchas de estas leyendas las recopiló por primera vez el primer cronista checo conocido como Kosmas. Decano del capítulo praguense de la Catedral de San Vito desde 1120 hasta 1125, y autor de la Chronica Boemorum. Que actualmente se conocen bajo el nombre de la Crónica de Kosmas. Y que a diferencia de muchos autores de crónicas medievales, su nombre es auténtico, pues el mismo firmó por él en los prefacios.
Después de la muerte de Kosmas pasaron muchos años para que apareciera otra persona que elabora unas nuevas crónicas.
Las leyendas actuales
La principal fuente de leyendas checas es Alois Jirásek, con su libro Staré Pověstí české, que se publicó por primera vez en 1894 para jóvenes y adolescentes. Basándose en la Crónica de Hájek, la Crónica Checa de Kosmas, y la Crónica de Dalimil. Leyendas de Praga a las que agregó otras leyendas judías, moravas y eslovacas menos conocidas.
Entre los escritores contemporáneos más conocidos está la escritora Alena Jehová, que se ha encargado de escribir varios libros sobre las leyendas Checas. Entre sus libros más conocidos está el de las 77 Leyendas de Praga. Aunque tiene otro libro que se llama 22 Leyendas de Praga.
Ambas obras nos dan una clara visión de la historia, de las creencias y de las supersticiones de la sociedad checa.
Y por último tenemos a la escritora Magdalena Wagnerová, con su libro Leyendas de la Praga Vieja. Que es una recopilación del libro de Alena 77 Leyendas de Praga. Pero sin duda, su libro estrella es Pražaská Strašidla a Všemožna Jina Zjevení. Cuya traducción es: Los fantasmas de Praga y otros demonios. Pero no está publicado en español.
Pero para hablar de las Leyendas del Puente de Carlos de Praga, primero hay que hablar de la principal leyenda de la ciudad.
La leyenda de Praga
Si bien cuando uno camina por el casco antiguo de Praga, no necesita un libro de leyendas. Pues solo imaginarte a Mozart caminando a paso rápido en dirección al teatro de los estados para ir a trabajar después de una noche de copas, se puede convertir en una.
Ya que las sombras de las calles de Praga nos obligan a inventarnos nuestras propias historias. Y seguramente que una vez que contemos en voz alta nuestro relato este pasará a formar parte de la galería de leyendas de la ciudad.
Dicho de otra forma la relación de Praga con las leyendas nace de los evidentes misterios que guardan sus viejas y conservadas calles y la imaginación humana.
Pero si nos vamos al escritor Kosmas, fuente principal de las leyendas históricas, la primera princesa de los reyes Premislidas se llamó Libuše. Que supuestamente, cuando vio por primera vez el valle de Praga, se encontró con un hombre que estaba haciendo un umbral para su casa, que en checo se dice prah.
Inmediatamente después de ver esto la princesa tuvo una visión y dijo en voz alta:
Aquí nacerá una ciudad que gozará de fama mundial y de una gloría universal. Por eso se deberá llamar Praha (El Umbral), para que todos los visitantes bajen su cabeza ante la belleza de esta urbe y puedan ser bien recibidos por sus habitantes.
Pero si Praga es conocida además de por su belleza por sus misterios, no podemos olvidarnos de las Leyendas del Puente de Carlos de Praga.
Las leyendas del Puente de Piedra
Las leyendas del Puente de Carlos son innumerables, desde la leyenda de los huevos añadidos al mortero, la leyenda del caballero Bruncvík o la leyenda del Rey Wenceslao IV y la casa de baños de Zuzana, entre otras. Pero sin duda estas son quizás las leyendas más importantes del Puente de Carlos. Puente antes llamado de Piedra y al que siempre la imaginación, no solo de los artistas sino también del pueblo llano, lo ha ensalzado con cuentos que han pasado de generación en generación y al final han acabado siendo leyendas.
Como la que afirma que para que el nuevo puente fuera eterno, se elaboró con cal de las cascarás de huevos crudos. Leyenda que aún no ha sido confirmada, pero ni siquiera desmentida.
El puente hecho con cascaras de huevo
Según Petr Parléř el arquitecto de la corte, no era suficiente la cal común para el mortero, y con la idea de añadir huevos convenció al emperador Carlos IV. Quien envió mensajeros por todo el país para que los aldeanos trajeran la cantidad necesaria de huevos para la construcción del puente. Así los checos prepararon los envíos y los transportaron en carretas a Praga. Sin embargo los habitantes de Velvar también trajeron huevos, como deseaba el monarca, ¡pero duros! El emperador fue sabio y, a pesar del asombro, agradeció a la gente del pueblo e hizo distribuir los huevos hervidos a los artesanos y sus ayudantes para el almuerzo.
Los baños de Zuzana
Pero la eternidad del Puente de Carlos también se atribuye a la Leyenda de los Baños de Zuzana. Un hermosa historia del balneario del río Moldava, donde Zuzana ayudó a Wenceslao IV a escapar cuando el rey cayó en cautiverio de los señores checos rebeldes.
Leyenda también respaldada por varias representaciones del martín pescador en la sala de la Torre del Puente de la Ciudad Vieja. Que era un emblema personal popular de Wenceslao IV, símbolo de eternidad e inmortalidad, pero también un emblema del gremio de bañistas de Praga. Hasta el día de hoy, a los turistas les gusta buscar emblemas con martines pescadores en la torre, porque se dice que los cinco martines pescadores solo los ven aquellos que son honestos.
Bruncvík y los caballeros de Blaník
Tal vez esta sea la leyenda más famosa de las Leyendas del Puente de Carlos de Praga. La cual cuenta que en alguna de las pilastras del puente está tapiada la espada milagrosa de Bruncvík. Espada que, según la leyenda, acabó con los enemigos de los territorios checos por propia voluntad.
Por lo que se dice que si en algún momento las tierras checas están siendo de nuevo atacadas, la espada emergerá de la pilastra del puente. Y en manos de San Wenceslao, seguido por los Caballeros de Blanice derrotarán de nuevo a los enemigos, consiguiendo la paz en Bohemia para siempre.
Tal vez la espada se encuentre oculta en el pilar donde está la estatua del caballero con armadura pesada. Cuya mano descansa sobre su escudo, que lleva el emblema de la Ciudad Vieja de Praga. Y quien está acompañado por un león que yace a sus pies.
Este tipo de esculturas, eran muy típicas en la antigüedad, cuando en los puentes de las grandes ciudades se colocaban como signo de la ley del mercado. Es decir la del alcalde para el correspondiente pago de los impuestos.
Y aunque a leyenda puede tener alguna base histórica pueden hacernos soñar. Como por ejemplo cuando durante la reparación del puente después de la inundación de 1890, supuestamente se descubrió una espada oxidada en la cubierta del puente. Sin embargo, lo más probable es que no fuera de Bruncvík. Y posiblemente sea de algún combatiente de las guerras husitas.
El diablo y el constructor
Esta es una de las leyendas en la que el Puente de Carlos ha sufrido algún daño y luego ha sido reconstruido.
Concretamente después de que el rey Wenceslao IV hizo arrojar a Juan Nepomuceno al río Moldava, se dice que se desmoronó uno de los arcos del puente. Y todos los intentos para reparar el puente eran en vano. Ya que después de la medianoche todo lo que habían construido durante el día siempre se derrumbaba.
Hasta que un constructor se alió con el diablo y le prometió el alma del ser vivo que cruzara el puente la primera mañana tras ser reconstruido. Sin embargo el constructor no quería lastimar a nadie, así que envió un gallo al Puente de Carlos. Pero el diablo no cayó en el engaño y atrajo a la esposa embarazada del constructor al puente.
Que acabó en el río, y cuya alma inocente flotó sin ser vista sobre el puente y acabo estornudando por el frío. Y antes de perder la vida fue rescatada del agua por un paisano que al estornudar la mujer, el paisano dijo piadosamente: «Señor Dios».
Desde entonces ha sido siempre posible reparar el Puente de Carlos tras cada desgracia.
Sin duda todas leyendas tan interesante como la leyenda del Reloj Astronómico de Praga. O tan misteriosas como Los misterios y cábalas del Puente de Carlos.